43. Gracia vs. Karma

Billones de personas en el mundo siguen sistemas religiosos que enseñan la ley del karma (por ejemplo, Budismo, Hinduismo, Sij-ismo). Inclusive muchos Cristianos reflejan un concepto popularizado del karma en su forma de pensar. ¿Cómo se compara el karma con el concepto bíblico de la gracia?

¿Qué es karma?

La palabra karma significa acción o desempeño. En su concepto más básico, karma es la creencia de que nuestras acciones acarrean reacciones correspondientes. En términos más populares, recibimos nuestro merecido o ‘se cosecha lo que se siembra’. Algunos ven al karma como una ley universal, mientras que otros aceptan que una deidad controla o distribuye los efectos del karma. Las consecuencias del karma de uno se pueden experimentar en esta vida o en una vida futura (como en la reencarnación, una creencia de que uno regresa a vivir en otra forma).

Similitudes con la verdad bíblica

Existen algunas similitudes entre el karma y las verdades que encontramos en la Biblia. Por ejemplo, la Biblia nos enseña que Dios es justo ambos en el sentido de que Él castiga la maldad y recompensa al bien. El libro de Proverbios nos da muchos principios que muestran buenas o malas acciones que traen buenas o malas consecuencias. Algunos señalan a Ga 6:7 que dice, ‘No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará’ (vea el comentario abajo).

Aún más, la Biblia enseña que las consecuencias de nuestras acciones se pueden experimentar en esta vida o en la siguiente. En esta vida, las malas acciones traen consecuencias negativas como dañar nuestro compañerismo con Dios y las personas, pobreza, enfermedad física, muerte, etc. En contraste, buen comportamiento tiene buenas consecuencias. Aunque la Biblia no enseña la reencarnación, nos enseña que el creyente tiene una vida futura en el reino de Dios. Buenas o malas acciones en esta vida pueden disminuir o ensanchar la experiencia en el reino (Mt 25:14-30; 2 Tm 2:12; Ap 22:12).

Diferencias con la verdad bíblica

Aunque algunos piensan que la Biblia aprueba el concepto del karma, las diferencias son muchas. La enseñanza de la Biblia es bastante superior al concepto del karma.

La Biblia no enseña que el universo está encerrado en el karma o en alguna ley universal. Si, Dios diseñó el universo para que operara por medio de principios básicos de justicia y retribución, muchos de los cuales se mencionan en toda la Biblia. Pero Dios puede alterar las leyes que Él ha creado y no está esclavizado a esos principios. Aunque Él es justo, Él también es amoroso, y Su amor por nosotros puede reemplazar Su justicia hacia nosotros. Cuando se trata de nuestra salvación, ‘Al que no conoció pecado, por nosotros [a Jesús] lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él’ (2 Cor 5:21). Dios cumplió Su justicia al exigir el pago por nuestros pecados, pero Él lo hizo a través de Su Hijo muriendo en nuestro lugar. Esto es contrario a la expectación del karma.

Porque Dios nos ama, y porque Su Hijo inocente satisfizo Su justicia, Dios puede darnos Su vida eterna, Su justicia, y Su perdón para todos nuestros pecados. Por Su gracia a través de la fe en Su Hijo a nosotros se nos da lo que no merecemos. Mientras que el karma encierra a una persona en un ciclo de justicia retributiva, Dios rompe ese ciclo con Su gracia. Mientras que el karma garantiza que una persona va a recibir lo que merece, la gracia nos garantiza que cada persona puede recibir lo que no se merece. Por definición gracia es un regalo gratuito inmerecido.

La Biblia enseña que la gracia de Dios puede romper el ciclo del pecado con bendiciones. Por ejemplo Sal 103:10 dice:

‘No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,

Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados’.

Y Ro 5:8 dice:

‘Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros’.

Por el contrario, Dios permite que a personas muy buenas les pasen cosas malas. En el Antiguo Testamento a Job se le llama el hombre más justo de la tierra, aun así él sufrió horriblemente. En el Nuevo Testamento el perfecto Hijo de Dios fue condenado y crucificado injustamente. Dios es libre de actuar fuera de Su diseño normal. Esto tergiversa las rígidas normas del karma.

Diferente a la reencarnación, que nos enseña que una persona recibe otra vida para mejorar su karma, la Biblia no enseña que las personas reciben una ‘segunda oportunidad’ después de esta vida. Esto quita cualquier excusa para vivir una vida irresponsable ahora para posponer el hacer el bien para la siguiente vida. Todas las personas van a ser responsables en un juicio después de que mueran (Heb 9:27) o cuando el Señor Jesús venga (Jn 5:28-29). Para aquellos que no creen en Jesucristo esto es un juicio por su incredulidad y su obras malas en donde ganarán condenación eterna en el lago de fuego (Ap 20:13-15). Para los que han creído en Jesucristo este es la evaluación de sus obras delante del Tribunal de Cristo para ver si ellos son dignos de las recompensas eternas (Ro 14:10-1; 2 Cor 5:10).

Un acercamiento a Gálatas 6:7

Este pasaje claramente nos enseña que cosechamos lo que sembramos. Pero varias cosas se deben de notar. Primero, aunque se da como un principio divino, Dios tiene el derecho de anular Sus propios principios de retribución y recompensa. Si Él no lo hiciera, ningún pecador pudiera ser salvo.

También, para ser fiel al contexto de Gálatas 6, este verso no está hablando de la salvación eterna (eso de trató en el capítulo 3), sino de las consecuencias para los Cristianos que viven de acuerdo con el Espíritu o con la carne (Ga 5:21-26). El énfasis en el contexto es la advertencia para que los Cristianos hagan buenas obras ahora que están bajo la gracia y no bajo la Ley. Si los Cristianos viven conforme al Espíritu (no a la carne), ellos van a tener una mucho mejor experiencia de la vida eterna de Dios en el futuro (6:8-9). Esto no es karma, sino motivación divina y recompensa por la responsabilidad individual.

Conclusión