54. El Destino de los Seguidores Infructuosos de Juan 15:6

El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden’  Jn 15:6

¿Qué representan las ramas en Jn 15:6 ycuál es su destino? Una interpretación popular dice que las ramas son seguidores superficiales de Jesucristo que nunca van a hacer buenas obras. Estos individuos no-salvos son quemados en el infierno. Esta interpretación hace que el fruto sea un examen de la verdadera fe y un indicador que quién es un verdadero Cristiano. Otra interpretación ve que este pasaje está relacionado con verdaderos creyentes y que el infierno no se está considerando. 

El argumento para los seguidores superficiales 

Aquellos que dicen que este pasaje se refiere a incrédulos y su destino interpretan la palabra permanece como un sinónimo de ‘creer’. Ellos interpretan el término ‘los quitará’ (airo) en el verso 2 como ser removidos para juicio en el fuego del infierno descrito en el verso 6. En esta interpretación supone que el ‘fruto’ se refiere a las obras visibles que se pueden medir. En resumen, esta opinión dice que aquellos que sólo tienen una relación superficial con Jesucristo y no muestran fruto demuestran que ellos no son Cristianos y van a perecer en el infierno.

Haciendo a los frutos (obras de acuerdo con su opinión) un examen de la verdadera fe es problemático porque la fe es simplemente la confianza o la persuasión de que algo es verdad. De acuerdo con la Biblia no puede haber ninguna invasión de las obras en la fe misma (Ro 4:4-5; Ef 2:8-9), aunque la fe debería de producir obras (Ef 2:10). Pero esto es diferente a decir que la fe debe producir obras y que esas obras deben ser visibles o medibles. Una examinación al pasaje y su contexto da una mejor interpretación. 

Observaciones contextuales 

Se reconoce fácilmente que los capítulos 13-17 de Juan son una unidad distinta. Después de Su presentación evangelista al mundo en los capítulos 1-12, Jesús tiene una conversación íntima con Sus discípulos que son salvos (el no-salvo Judas ya ha partido; 13:30). El mandamiento de amar uno al otro enmarca el discurso de 13:31-15:17. Ser fructífero en el contexto parece estar relacionado al mandamiento de amar. Claramente, el tema de 15:1-10 es ser fructífero, no la salvación o condenación eternas. A la luz de Su inminente ausencia, el propósito de Jesús es motivar a los discípulos a mantener este mandamiento de amar y por lo tanto buscar el fruto que ese amor produce.

Jesús no les diría a Sus discípulos que ellos están en peligro de perder su salvación o de que ellos nunca fueron realmente salvos. Por el contrario, Él implica que ellos están en Él como ramas de la vid verdadera (v. 2). Esto habla de su unión y cercana relación con Él. A ellos también se les dice ‘estáis limpios’, lo que habla de su justificación (cf. Pedro en 13:8-11), o posiblemente de su experiencia de santificación (podados, v. 2) mientras continúan bajo la Palabra de Jesús (cf. 17:17). De cualquier manera, esto confirma que ellos son salvos. 

Consideraciones léxicas

Permanecer lleva a ser fructíferos (15:4-5). Algunos han tomado a permanecer como un sinónimo de creer. Pero ¿por qué les iba a decir Jesús a Sus discípulos salvos que ellos necesitaban creer en Él? Y si Jesús quiso decir creer, ¿por qué Él no usó la palabra creer como Él lo hizo tantas veces en este Evangelio en relación con la salvación? Que permanecer no puede significar creer está claro por las declaraciones de que Jesús permanece en los discípulos (v. 4, 5) y que Sus palabras pueden permanecer en ellos (v. 7). De que esto habla de una relación más profunda de aquellos que ya son salvos está indicado en que es una condición para la respuesta a la oración en el verso 7 y es un resultado de obedecer el mandamiento de Cristo en el verso 10.

Permanecer significa continuar o seguir en y se refiere a una cercana relación con Jesucristo. Es un término de compañerismo íntimo y es una condición para el discipulado y no para la salvación. En Jn 8:31 Jesús les dice a los creyentes que permanezcan en Su Palabra para que puedan ser verdaderos discípulos. Permanecer es una responsabilidad Cristiana. El hecho de que es un mandamiento permite la posibilidad de que un creyente no lo cumpla (vv. 4, 5, 6).

Aquellos que dicen que el verso 6 habla de juicio con fuego en el infierno interpretan ‘los quitará’ (del verbo griego airo) en el verso 2 como el removerlos para juicio. Pero airo se traduce mejor como ‘levantar’ (usado similarmente en Jn 5:8-12; 8:59; 10:18; 11:41) describiendo el cuidado delicado del Vinicultor quien levanta del piso a las ramas sin fruto para que reciban más sol, no estén susceptibles al daño, y por lo tanto den fruto. Esto es más consistente con la práctica de la vinicultura, la responsabilidad de cuidar del Vinicultor mencionado en los versos 1-3, y el deseo de que sean fructíferos de los versos 2 y 6. El verso 2 continua diciendo que una vez que llegue el fruto, la rama es podada para producir más fruto. La responsabilidad de Dios es cuidar a Su gente de forma que eso los motive a ser fructíferos (vv. 1-3), pero la responsabilidad del Cristiano es cooperar al permanecer (vv. 4-8).

Suposiciones interpretativas

Muy a menudo, cuando se menciona fuego en la Biblia, el lector supone que habla del fuego del infierno. Pero el fuego se usa más a menudo literalmente como juicio temporal o figurativamente como la disciplina de Dios, enojo, celo, o celos (Vea Apuntes de Gracia no. 34). El fuego también se usa para la revelación futura de Dios al juzgar la vida del Cristiano en el Tribunal de Cristo en donde las buenas obras son recompensadas y las indignas son quemadas (1 Cor 3:12-15; 2 Cor 5:10).

El fuego que quema las ramas del que no permaneció en el verso 6 es una alegoría o una historia figurativa que ilustra un punto. Jesús está comparando algunas ramas de una viña que no están permaneciendo (implicando que no son fructíferas) con el posible destino de los creyentes que no permanecen. Jesús no dice que todas las ramas sin fruto son quemadas, porque las ramas (los Cristianos) son fructíferas en un punto (porque algunos deben de ser ‘levantados’ para que den fruto; v. 2). Las ramas de la vid que continúan sin fruto no tienen propósito, por eso son quemadas. No necesitamos buscar un antecedente de ‘quiénes son’. Esto es tratar de hacer mucho de cada detalle de la alegoría a costa del punto principal. El punto principal es que las ramas que no permanecen que no tienen fruto son inútiles. En el verso 6 no son las personas las que se queman, sino las ramas (indicado por el pronombre neutro auta). Tampoco es necesario interpretar el fuego como literal, porque la viña, las ramas, y el fruto son figurativos. El punto de Jesús es que los Cristianos que no permanecen y dan fruto son inútiles. Esto es similar a la ilustración en Ez 15:1-8 de Israel como una viña inútil que es quemada. Si se le añade un significado al fuego del verso 6, pudiera ser comparado a la quema de las obras inútiles en el Tribunal de Cristo (1 Cor 3:15).

Implicaciones prácticas

Si alguien argumenta que un Cristiano debe llevar fruto para probar su salvación, entonces debe de haber una manera de medir ese fruto. Pero por supuesto, eso es imposible dada nuestra inhabilidad humana de conocer lo que constituye el fruto genuino (Vea Apuntes de Gracia no. 28). También se supone que todo el fruto se puede observar cuando eso no siempre es verdad.

En el contexto, el fruto parece referirse a amarse uno al otro. El mandamiento a amar forma el final de esta sección, y 1 Jn 3:24 también relaciona amar con permanecer. No obstante, amor no es una prueba de la salvación, sino un indicativo del compañerismo íntimo con Jesucristo y de discipulado (13:35).

En Jn 15:6 Jesús no está enseñando que los seguidores superficiales sin fruto serán echados al infierno. La interpretación que hace llevar fruto un examen de la salvación en Jn 15:1-8 ignora el gran contexto inmediato y también cómo se usan las palabras en el contexto. El resultado es una vaga interpretación que de hecho no se puede aplicar sin antes definir objetivamente qué fruto y cuánto fruto es necesario para pasar el examen. Una mejor interpretación nos da un pasaje que reta profundamente a los Cristianos a tener más intimidad con el Señor Jesucristo como una condición para dar mucho fruto para Su gloria.

Conclusión

En Jn 15:6 Jesús no está enseñando que los seguidores superficiales sin fruto serán echados al infierno. La interpretación que hace llevar fruto un examen de la salvación en Jn 15:1-8 ignora el gran contexto inmediato y también cómo se usan las palabras en el contexto. El resultado es una vaga interpretación que de hecho no se puede aplicar sin antes definir objetivamente qué fruto y cuánto fruto es necesario para pasar el examen. Una mejor interpretación nos da un pasaje que reta profundamente a los Cristianos a tener más intimidad con el Señor Jesucristo como una condición para dar mucho fruto para Su gloria.