Escena 14 – PECADO Y VERGÜENZA

Adán fue nombrado cabeza de la raza humana. Fue quien recibió el mandato de Dios de no comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. No fue hasta que Adán mordió el fruto ilícito que tanto él como su esposa empezaron a sentir los efectos espantosos de su elección.

”En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera.” (Génesis 3:7 NVI).

Vergüenza ardiente y culpa desgarradora llenaron sus almas. Se sintieron inmundos, por dentro y por fuera.

El pecado trajo vergüenza.

Antes de quebrantar la ley de Dios, Adán y Eva eran conscientes de la presencia de Dios y ”no se avergonzaban» (Génesis 2:25). Se sentían honrados de estar con su Creador, reflejar su imagen y ser sus amigos.

Pero cuando comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal, tomaron conciencia de sí mismos y se avergonzaron.

El honor fue sustituido por la vergüenza.

Intentaron cubrir su vergüenza con hojas de higuera, pero ningún esfuerzo propio podía solucionar su problema. Eran incapaces de deshacerse del pecado que había invadido sus almas. Eran incapaces de restaurar el honor que habían perdido. Era la tarde.

Pronto, su Creador santo y amoroso vendría para su visita vespertina. La idea de verle sacudía sus cuerpos con descargas de terror. ¿Qué les diría?

¿Qué le dirían ellos a Él?


Esto ha sido una porción (usado bajo permiso del autor) del libro «Rey de Gloria» narrado por Paul D. Bramsen 
(nota: el uso de negrillas, cursivas y algunos cambios de versión de la Biblia son nuestra y no del original) 
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