Satanás había robado el tesoro especial del Rey, pero el Rey tenía un plan secreto para rescatarlo. Como el precio de rescate que el Rey planeaba pagar era increíblemente alto, ni los demonios ni los seres humanos entenderían su plan hasta que lo cumpliera.

El mismo día que Satanás capturó la raza humana, Dios le dijo a la serpiente:

«…Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.» (Génesis 3:14).

Cuando Dios creó a las serpientes, tenían patas. Pero como Satanás usó a la serpiente para llevar a la humanidad al pecado, Dios la maldijo obligándola a deslizarse por el suelo. (¿Sabías que los pitones y las boas constrictoras tienen protuberancias pequeñas bajo la piel donde antes tenían patas?). Al hacer que las serpientes fueran las más bajas de todas las criaturas, Dios le dio a la familia humana un recordatorio visual de que, en su propio tiempo, Él aplastará a «la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero;…» (Apocalipsis 12:9).

A continuación, Dios le dijo a Satanás, que había usado a la serpiente:

«Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón» (Génesis 3:15 NVI).

Esta fue la primera de muchas profecías en las que, poco a poco, Dios daría a conocer su plan secreto para rescatar a las personas de Satanás, del pecado y de la muerte. Pero para esconder este plan de Satanás y sus seguidores, el Rey puso la profecía en clave.

Dios prometió enviar un Salvador a la tierra, la Simiente de una mujer. El Salvador tendría una madre humana, pero no un padre humano. Sería conocido como el Mesías, que significa el Escogido. Satanás mordería el talón del Mesías, pero el Mesías aplastaría la cabeza de Satanás.

¿Qué significaba todo esto? El Rey lo aclararía más adelante, pero de momento Dios les había dado a Adán y a Eva un rayo de esperanza.

Miles de años después, uno de los profetas del Rey escribiría:

”El pueblo que camina en oscuridad verá una gran luz. …
…¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel, (que significa «Dios está con nosotros»).»
 (Isaías 9:2; 7:14 NTV).

El Rey rescataría su tesoro especial. Pero, ¿cuánto le costaría?


Esto ha sido una porción (usado bajo permiso del autor) del libro «Rey de Gloria» narrado por Paul D. Bramsen 
(nota: el uso de negrillas, cursivas y algunos cambios de versión de la Biblia son nuestra y no del original) 
Creditos:  2019 © ROCK International www.king-of-glory.com