Escena 22 – LA LEY DE LA OFRENDA POR EL PECADO

Mira a los hermanos y lo que están a punto de ofrecer a Dios. Mira los altares.

Un altar era una plataforma elevada, normalmente hecha de piedras o tierra.

Era un lugar de muerte. Elevaba la ofrenda entre el cielo y la tierra, entre Dios y el hombre. Todo lo que se ofrecía sobre el altar, debía quemarse con fuego.

Dios siempre cumple la justicia, pero desea mostrar misericordia. ¿Cómo podía hacer las dos cosas? ¿Cómo podía castigar al pecado sin castigar al pecador?

Mucho después del tiempo de Caín y Abel, Dios le dijo al profeta Moisés:

”Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.” (Levítico 17:11).

”Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, la cual le será aceptada en su lugar y le servirá de propiciación” (Levítico 1:4 NVI).

¿Qué significa propiciación (expiación)? Tiene que ver con pagar el precio exigido de rescate, para que los pecados pueden ser cubiertos, limpiados y perdonados. En los tiempos del Antiguo Testamento, Dios dijo que aceptaría la sangre derramada de corderos, carneros, machos cabríos, toros y palomas sanos como paga por los pecados de la gente. Esa sangre ofrecía expiación (cubriría el pecado), pero solo hasta el día en el que Dios ofreciera un sacrificio perfecto para pagar el verdadero precio exigido por la ley del pecado y de la muerte.

Ahora mira a Caín y lo que está a punto de ofrecer a Dios. ¡Qué hermosa selección de frutas y hortalizas! ¡Cuánto tuvo que trabajar para producir esta ofrenda! Pero no podía cubrir sus pecados porque no tenía sangre, no conllevaba muerte.

Mira a Abel y su ofrenda. ¡Qué cuadro tan triste! El corderito está atado y a punto de morir. ¿Ves cómo Abel pone su mano sobre la cabeza del cordero? Puesto que Abel creyó en el plan de Dios, Dios tomó todos los pecados de Abel y los puso sobre el cordero. Abel está dando gracias al SEÑOR porque aunque él mismo merece el castigo de la muerte, Dios aceptará la sangre del cordero para cubrir el pecado.

La ley de Dios exigía que todo pecador fuese castigado con la muerte, pero Dios, en su justicia y misericordia, aceptaría la muerte de un cordero en su lugar. Dios llama a esto «…la ofrenda por el pecado…» (Levítico 6:25).

La ley de la ofrenda por el pecado libró a Abel de la ley del pecado y de la muerte.

Pero, ¿qué pasó con Caín?


Esto ha sido una porción (usado bajo permiso del autor) del libro «Rey de Gloria» narrado por Paul D. Bramsen 
(nota: el uso de negrillas, cursivas y algunos cambios de versión de la Biblia son nuestra y no del original) 
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