Escena 48 – DOMINIO SOBRE LOS DEMONIOS Y LA ENFERMEDAD

En las Escrituras de los profetas, uno de los títulos del Mesías es el Brazo del SEÑOR (Isaías 53:1). Los milagros de Jesús mostraban que era el Brazo de Dios en la tierra. Con un toque de su mano o una palabra de su boca, los enfermos y moribundos sanaban al instante.

”Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó;” (Mateo 15:30).

Las palabras de los profetas se estaban cumpliendo.

”Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas.” (Mateo 11:5 NVI [Isaías 35:4-6; 61:11]).

No había enfermedad que Jesús no pudiera curar.

”Un hombre con lepra se acercó, se arrodilló ante Jesús y le suplicó que lo sanara. —Si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio —dijo. Movido a compasión, Jesús extendió la mano y lo tocó. —Sí quiero —dijo —. ¡Queda sano! Al instante, la lepra desapareció y el hombre quedó sano.” (Marcos 1:40-42 NTV).

”Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.” (Lucas 4:40-41).

Jesús no quería que los demonios testificaran sobre Él. Esos ángeles malignos habían presenciado su autoridad y poder cuando habló y los cielos y la tierra se formaron. Temblaban al recordar el día en que los expulsó del cielo. ¡Y ahora Él estaba viviendo en la tierra como un hombre! El dominio de su amo se estaba desmoronando. El Rey de gloria había invadido su territorio.

Dondequiera que Jesús iba, el poder de Satanás se debilitaba y la maldición del pecado retrocedía.

Junto con los milagros, Jesús tenía un mensaje:

«Se ha cumplido el tiempo –decía–. El reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse y crean las buenas nuevas!» (Marcos 1:15 NVI).


Esto ha sido una porción (usado bajo permiso del autor) del libro «Rey de Gloria» narrado por Paul D. Bramsen 
(nota: el uso de negrillas, cursivas y algunos cambios de versión de la Biblia son nuestra y no del original) 
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